Las startups avanzan rápidamente y deben asegurarse no crear un producto que nadie quiera comprar. No pueden despilfarrar recursos o emociones y necesitan unas bases sólidas para poder salir al mercado y ir siguiendo los pasos adecuados para poder escalar el negocio.
La idea de construir el producto viable mínimo empieza con la generación de un conjunto de hipótesis que se quieren comprobar. Cada una de estas hipótesis deben ir acompañadas de un conjunto de indicadores o métricas que permitan extraer la información necesaria para comprobar como responde el usuario o cliente ante estas hipótesis planteadas. Solo se deben construir las partes del producto necesarias para poder verificar y aprender sobre las hipótesis.
En primer lugar es necesario identificar el perfil de cliente potencial ideal, para poder salir a la calle. En este momento se debe descubrir e identificar a los posibles competidores. Con la información obtenida de los clientes potenciales y competidores se puede empezar a definir las hipótesis sobre el producto y como medir los resultados.
Poder empezar a trabajar cuanto antes con los clientes o usuarios es primordial. Los indicadores mostraran si las hipótesis generadas deben ser valoradas como ciertas, como falsas o si existe la necesidad de reformularlas. Cuando las hipótesis son bastante aceptadas por el mercado, se debe seguir en la misma linea, por el contrario, si no se acierta con la solución nace la necesidad de pivotar y/o cambiar drásticamente la formulación de las hipótesis. En cierto modo, las métricas dirán si hay que perseverar o pivotar.
Para una startup es muy importante lanzar pronto para poder testear con clientes o usuarios finales las hipótesis planteadas sobre la visión del producto. No sólo es importante lanzar pronto, también lo es relanzar a menudo. En cada nuevo lanzamiento o entrega hay que procurar acercarse un poco más a los objetivos del proyecto. En cada nueva fase se mejora el producto según las necesidades del usuario o del cliente y analizando su comportamiento.
Una técnica para el desarrollo de un producto viable mínimo es empezar con una landing page y seguir con una funcionalidad especifica, ofreciendo una función muy simple y creando un producto muy senzillo. Para que nos hagamos una idea el primer prototipo de Twitter fue creado en tan solo dos semanas. Esta técnica nos ayuda a centrarnos en los problemas más importantes y optimizar los resultados con los clientes o usuarios iniciales.
Otra técnica, que puede ser complementaria a la anterior, es lo que se llama flintstoning (manualización), que consiste en dar apariencia de que una acción se hace de forma automatizada pero en realidad se hace manualmente. Esta técnica nos permite validar una funcionalidad sin tener que realizar un desarrollo completo.
Como reflexión final, si Apple pudo lanzar un smartphone sin las funcionalidades de "find" o "cut&paste", qué no podemos recortar de los requisitos de nuestro producto? En futuros posts veremos como priorizar las tareas para conseguir hacer primero lo importante, indispensable en la creación del producto viable mínimo, ligado con el uso de le metodología Scrum.
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