La ciudad dormitorio de Alphen ann den Rijn situada a unos 45 minutos de Ámsterdam cuenta con una escuela de unos 1800 alumnos comprendidos entre los doce y dieciocho años. La educación holandesa distribuye sus alumnos a una edad muy temprana según trayectorias:
- Programas de formación profesional de grado medio dirigidos a preparar desde peluqueros a mecánicos pasando por administrativos o secretarias.
- Programas de formación profesional de grado superior dirigidos a preparar profesionales como infermería, gestión o ingeniería.
- Programas destinados a formar futuros universitarios en carreras como medicina, derecho o investigación.
Los alumnos de las trayectorias de menos nivel pueden incorporarse al mundo laboral a partir de los dieciséis años, mientras que los de las más altas pueden pasar a la universidad y a un postgrado hasta los veintimuchos años.
Cada una de las trayectorias requiere cursar algunas asignaturas troncales, comunes para todos, aunque estas materias se imparten a los alumnos por separado. La escuela de la ciudad de Alphen cubre las tres trayectorias. Una de estas asignaturas troncales es Química y Willy Wijnands la imparte a todos los cursos.
Los pupitres en las clases de Willy no están alineados en filas frente a la mesa del profesor, estan colocados en grupos de cuatro para que los alumnos puedan verse y trabajar juntos. Al inicio de la clase, los alumnos en lugar de sentarse sacan una hoja muy grande, cubierta de post-its, la cuelgan de la pared y se reúnen a su alrededor.
La hoja está dividida en cuatro columnas: Alle items, Te doen, In uitvoering y por último Klaar. No és muy difícil de adivinar que significan estos cuatro títulos: Todos los items, Pendientes, En proceso y Hecho.
La dinámica que siguen es que los propios alumnos planean que lecciones van a terminar hoy. Pasan las notas autoadhesivas que creen pueden acabar de la columna de todos los items a pendientes y se ponen manos a la obra. Los alumnos abren sus libros y empiezan a aprender ellos mismos y lo que es más importante: se enseñan unos a otros.
Willy se pasea por el aula, escucha a los alumnos, repasa las pizarras de trabajo y cuando detecta algún problema o los alumnos se encallan en algún concepto difícil aprovecha para hacer la explicación a toda la clase. También de forma aleatoria coge cualquier post-it que está en la columna de Hecho y lo pregunta alguno de los alumnos, asegurando que todo el grupo comprende todos los conceptos. De no ser así la targeta vuelve a la columna de pendientes.
A Willy le gusta decir que él no hace nada! Son los propios alumnos los que escogen que parte del temario harán un día, ellos lo aprenderán y se explicarán entre ellos los conceptos y además ellos mismos se ponen los deberes! Cada uno de los grupos sabe en qué punto está y en que fecha debe estar todo hecho.
El Scrum, o eduScrum, empieza el primer día de clase. En primer lugar se deben elegir los equipos. Cada alumno se autocalifica en diferentes categorías como: valentía, disfrute de las matemáticas, ir directamente al objetivo, tener en cuenta el sentimiento de los otros... A continuación se les pide que formen equipos donde queden todas las categorías bien cubiertas.
En estas clases no solo aprenden química, aprenden algo tan importante como trabajar con personas con talentos diferentes a los suyos y valorarlas.
Una vez tienen los equipos, los alumnos aprenden a hacer estimaciones, no en horas del día, sino en puntos. Ellos hacen la estimación de cada parte del temario que deben aprender utilizando el dimensionamiento relativo inherente a la secuencia de Fibonnacci gracias al Poker Plan. Al final de cada bloque hacen una retrospectiva, y se preguntan a si mismos: ¿Qué fue mal? ¿Qué podría haber ido mejor? ¿Cómo puede mejorar el equipo?
El sistema educativo holandés las notas de evaluación van del 1 al 10, y un 5,5 se considera un aprobado aceptable. En las clases de Willy lo aceptable es el 7 y los alumnos cumplen con ese umbral.
Algo importante del Scrum es que rara vez permanece como un hecho aislado durante mucho tiempo, está pensado para irse expandiendo. Así a pasado con eduScrum, apoyado por otros profesores y la comunidad empresarial, actualmente existe en Holanda la Fundación eduScrum, que forma profesores y colegios en el Scrum. En los primeros años formaron a setenta y cuatro profesores, de todas las materias, en doce escuelas y su idea es aumentar en sesenta profesores y quince escuelas al año.
La experiencia que están viviendo los profesores que aplican Scrum en sus clases está siendo sorprendente y afirman que no pueden creer que se creara para el desarrollo de software informático, sino que parece diseñado expresamente para los institutos y la educación.
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