Sabemos que los seres humanos somos buenos comparando una cosa con otra. Esto es la base del origen del poker plan. Cuando tememos la lista priorizada de tareas, el backlog, ¿cómo decidimos qué es un 5 y cual es un 8? A veces, alguna persona del equipo tiene una idea que es bastante buena, ¿cómo nos aseguramos de que sus estimaciones se corresponden con las de todos los demas? ¿Y si no ha tenido algunos factores en cuenta?
Si quieres aprender a planificar usando la técnica del poker plan puedes leer este artículo anterior.
Estamos delante de tres problemas conocidos:
- Los miembros de un equipo saben cosas distintas
- El efecto rebaño
- El efecto halo
Todos hemos estado en alguna reunión así: alguien propone una idea y todos empiezan a hablar de ella. Incluso si en un primer momento uno no ha estado de acuerdo. Acaba accediendo a seguir el rebaño que forma el grupo. Muchas veces todo el mundo acaba poniéndose de acuerdo en seguir lo que parecía una buena idea y acaba en un auténtico fracaso.
Una vez ocurrido, si se sondea a la gente sobre su decisión, casi siempre ocurre que todos tenían reservas al respecto del plan escogido, pero no las expresaron porque pensaron que todos los demás estaban entusiasmados. Asumimos que si todos los demás están de acuerdo en algo, las dudas propias acerca de esas ideas son sin fundamento o se deben a no tener toda la información y uno no quiere quedar como el tonto del grupo.
Jeff Sutherland, creador del Scrum, lo explica con un muy buen ejemplo: el envío de un artículo a una revista científica por parte del autor. Vamos a suponer que el editor de la primera revista rechaza ese artículo. El autor decide acudir a una segunda revista. Si el editor de esta segunda revista sabe que este artículo ha sido rechazado por la primera, hay más probabilidades que también lo rechace. Si existiera una tercera revista, hay más probabilidades de que el nuevo editor, sabedor de los dos primeros rechazos, también lo rechace.
Las personas damos por hecho que los demás dan opiniones fundadas, incluso cuando estas opiniones contradicen las propias. Esto es malo. Si estamos planificando sobre un proyecto de millones de Euros es crucial aplicar el criterio propio y utilizar las estimaciones de los otros para mejorar las tuyas, no para substituirlas. El poker plan permite, gracias a su dinámica de iteraciones en la votación si no hay acuerdo, solucionar estos problemas. Se tratan de estimaciones, dado que los humanos somos malos haciendo estimaciones no debemos hacerlo nunca con términos absolutos, como por ejemplo en horas.
El llamado efecto halo se produce cuando una característica de algo influye en cómo las personas perciben otras características que no guardan relación. En 1920 este efecto se sometió a estudio por Edward Thorndike. En su artículo "El error constante en la calificación psicológica", pidió a oficiales del ejército que calificaran a sus soldados respecto a varías cualidades: físicas, intelectuales, de liderazgo, personalidad... Descubrió la correlación en cómo un grupo de cualidades afectaba a la cualificación de otras. Si el físico de alguien obtenía una puntuación alta, también lo hacían sus aptitudes de liderazgo, inteligencia o carácter.
La gente que se centra en el halo no se fija en los datos reales, sino que se mueve hacia algo que tiene una apariencia positiva. Como en el caso del rebaño, no se trata de falta de voluntad, es una caraterística de los humanos. Luchar contra ello sería absurdo.
Mike Cohn, uno de los más destacados expertos en el pensamiento agile, haces unos años, estaba centrado en cómo hacer que sus proyectos cumplieran los plazos y presupuestos y cómo estimar ambas cosas. Él era un gran amante de los perros y empezó a preguntar a sus equipos qué tamaño de perro era cada parte de un proyecto. Hizo una lista de razas:
- Labrador
- Terrier
- Gran danés
- Caniche
- Perro salsicha
- Pastor alemán
- Setter irlandés
- Bulldog
Su pregunta era, ¿este problema es un perro salsicha o un gran danés? A partir de aquí los equipos repasaban todas las características a desarrollar y le asignaban una raza de perro. Luego Mike propuso dar a cada raza un valor numérico, es más fácil. Al perro salsicha le asignaron un 1 y al gran danés un 13. Eso supone que el labrador es más o menos un cinco y un bulldog un 3.
Debemos tener presente si una tarea requiere de cierta investigación o si no existe ningún problema para realizarlo muy rápidamente. Cuando estamos delante de un asunto bastante comprometido, muchas veces veremos cómo lo vemos muy grande, quizás como dos gran daneses. Cuando algo es tan grande lo correcto es dividirlo en piezas más pequeñas y manejables. Podemos verlo como un proyecto y nos saldrán tareas del tamaño bulldog o labrador.
Y así sucesivamente. Esto es el dimensionamiento relativo, comparar unas tareas con otras.
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