Una de las fortalezas de la metodología Scrum es la visibilidad sobre el trabajo. La pizarra de Sprint y las reuniones diarias son las mejores herramientas para hacer visible el trabajo. Nos permiten que todos sepamos en qué está trabajando el equipo y poder ayudar y participar en las soluciones.
Un valor muy importante es el hecho que todo el equipo sabe que se está haciendo y lo que queda por hacer. Esto permite que en su conjunto pueda autoregularse. Es fácil ver cuando un colega está teniendo problemas o si una historia queda demasiado tiempo en la columna de doing.
Cuando todo es transparente el equipo puede autoorganizarse para encontrar la solución. La misión de cualquier equipo debe ser tener la capacidad para tomar decisiones cuando se encuentra un obstáculo. Para ello es necesaria la máxima implicación de todos para tirar adelante el compromiso del sprint. Debemos delegar a encargados y no a subalternos. Todos deben responsabilizarse de las tareas del sprint y ayudar a los compañeros y otros equipos a solucionar los problemas que surjan.
Conseguir la transparencia absoluta entre los distintos equipos de la empresa permite una mejor comunicación entre las personas, cosa que facilita conseguir los objetivos. Todos saben que hacen en cada momento y pueden elegir participar en la ayuda a un compañero, aunque no se encuentren en el mismo equipo. La transparencia nos acerca a completar los objetivos y nos acelera hacia el éxito.
Scrum nos permite eliminar la no comunicación entre los equipos y la no colaboración entre ellos. Es muy frecuente encontrarse con equipos muy próximos físicamente pero sin ningún tipo de comunicación, colaboración o conocimiento compartido. Scrum favorece la comunicación y esto nos lleva a mejorar la productividad. Un desarrollador puede ayudar a resolver un problema al equipo de clientes o operaciones y a viceversa. Cuando esto se consigue la productividad del equipo se multiplica.
Para que los equipos puedan actuar de forma coordinada, no sólo es necesaria la transparencia entre los distintos equipos también es necesario crear un conocimiento colectivo. La información no debe quedar sólo en la persona responsable, debe ser compartido por todos. El conocimiento no puede estar centralizado. De esta forma el equipo puede responder de forma unificada y no dar mensajes contradictorios en función del interlocutor.
Haciendo transparente el trabajo se mejora la comunicación y la coordinación entre equipos. Mejorar la comunicación y coordinación nos hace aumentar nuestra productividad. Se pueden encontrar soluciones de más calidad y llevarlas a cabo más rápido.
Por el contrario, sino se trabaja en la transparencia y las otras prácticas de Scrum (o agile) la comunicación empeora, no se crea un conocimiento colectivo y todo empieza a funcionar peor. No existe visibilidad entre equipos, el equipo pierde autonomía en la toma de decisiones, los equipos se ayudan menos y todo va más lento.
Nada debería ser secreto. Todo el mundo debería conocerlo todo, incluyendo sueldos y finanzas. Los secretos terminan sabiendose y sólo traen problemas. El oscurantismo sólo permite que algunas personas hagan acciones para servirse a sí mismas. Así mismo, la complacencia es enemiga del éxito.
Jeff Sutherland, en el libro Scrum, el revolucionario método para trabajar el doble en la mitad de tiempo, hace una descripción perfecta de cuan malo es ocultar información al equipo y actuar como un estratega perverso.
Una buena forma de mejorar la transparencia y trabajar la mejora continua es medir la felicidad del equipo y aplicar cambios de mejora. De esta forma el equipo no sólo gana la autogestión interna sino que todos los equipos participan de forma activa en escoger que puntos son importantes corregir y proponer soluciones.
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